lunes, 2 de noviembre de 2009

Somos gilipoyas

Pero de caernos de culo. No hay derecho. Ahora que todos los sondeos de opinión apuntaban unánimemente a un definitivo despegue de nuestras posibilidades electorales, precisamente ahora, se producen las astracanadas de Valencia y Madrid. A cuál más siniestra. Pero, ¿sabemos quién es el enemigo a batir?.¿Sabemos qué esperan de nosotros los ciudadanos?.¿No tenemos conciencia de que el país se está yendo, literalmente, a la mierda, mientras tenemos que tragarnos las pequeñas miserias de gente que no entiende que, fuera del partido, no serían absolutamente nadie?. Es tristísimo. Si está costando hacer visible entre las clases medias urbanas, que son las que deben de acercarnos a la victoria electoral, que la única alternativa viable a la hecatombe actual es el PP, y que mucha gente está diciéndonos que nos votaría, aunque con la nariz tapada, antes de permitir que siga en el gobierno el indocumentado más grande de la historia de España, ahora, después de esta ópera bufa, ni con la nariz tapada... Si tiene que irse Camps (¿qué tiene que pagar a Costa para pensar hacerlo Conseller???), por la puerta. En Valencia tenemos gente buenísima. Rita es una garantía de victoria segura. Gerardo Camps, un lujo. Y seguro que haymás por ahí. Si tienen que irse Gallardón y Espe, pues a la calle. No se puede consentir que sus egos fulminen el proyecto nacional. Pero, veamos, ¿quién tuvo cojones a enfrentarse a Mariano en el Congreso de Valencia?.¿Juanito Costa?. Jajajjajaja. Seamos sólo un poquito serios. Sólo un poco. No por nosotros, sino por los millones de españoles que nos miran como la única esperanza para salir del agujero.

El símil del Santo Job es buenísimo. Ahora, hay que aplicarlo. A rajatabla. Caiga quien caiga.

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