martes, 20 de marzo de 2007

Fallas


Otro año más sin poder ir a las Fallas. Cosas de la "diáspora". Me consuelo viendo alguna mascletá por internet o por Canal 9, y la cremá, también por televisión. Echo de menos el olor de la pólvora, el ambiente fallero..

Es una fiesta popular, pero ante todo es una fiesta de los sentidos. No hay ninguno que no quede satisfecho en esos días. El oído y la vista quizás sean los que, a primera vista, más se ven involucrados. El ruido de la traca al estallar, la vista de los monumentos, de las explosiones de la pólvora, de los ríos de personas participando, del manto de la Mare de Deu, son una auténtica sinfonía para los sentidos. Pero también el olfato: el olor de la pólvora quemada, el humo de las fallas ardiendo, el olor de las calles, mezcla de todos los olores del mundo... El tacto, al sentir el calor del fuego en el cuerpo, en el momento de la cremá... el gusto, comiéndote una buena paella o unos más humildes, pero absolutamente típicos, buñuelos con chocolate... no hay sentido que no participe, que no se implique, que no disfrute, con unas fiestas inigualables, irrepetibles, y casi imposibles de entender para aquéllos que no sean valencianos...