viernes, 20 de julio de 2007

Adeu, Piqué

Buena noticia en el PP catalán: se marcha Piqué (echando mierda...no le pega a un señor...) y con él una forma acomplejada de entender la política en Cataluña. No se puede defender una estrategia unitaria de España y, al mismo tiempo, hacer guiños permanentes al "catalanismo moderado" para intentar pescar algún voto errante. Así le ha ido en este tiempo: todo el trabajo y los resultados obtenidos por el tío con la cabeza más brillante del PPC, Aleix Vidal Quadras, y por otro primer espada, como Alberto Fernandez, al garete. Pésimos resultados, pérdida de la influencia decisiva en el Parlament, política errática... Error de Aznar, por cierto. Este es el momento de reconducir la política del PP en esa Comunidad. Recuperar ese voto que ha ido a Ciutadans, porque no se reconocía en la oferta electoral de Piqué. Recuperar la definición política y las señas de identidad del partido. Hacer una política realista que aglutine el voto no nacionalista, y más ahora que su viraje hacia posturas maximalistas dentro del soberanismo empieza a ser preocupante, y que defienda la integridad nacional, sin renunciar a unas señas de identidad de un pueblo, como lo tiene cualquier otro, no olvidemos.

Ahora es el momento de enmendar errores y poner a los que verdaderamente representan la conciencia del partido. Es el momento de recuperar a Vidal Quadras del exilio de Estrasburgo, y traerlo a primera línea de fuego. No se pone en cuestión la influencia o acceso al gobierno en Cataluña: está en juego la llegada al gobierno de Rajoy, que es imposible sin un resultado aceptable allí. Resultado que no era esperable con la política timorata y contemporizadora de Piqué. Que será un magnífico ministro (reverencias aparte...) pero que no está hecho para liderar la oposición en un territorio donde hay que entrar con el machete entre los dientes. Y él es un caballero en tierra de infieles.