domingo, 4 de marzo de 2007

La vida sigue igual

Para Gasol, claro. Ayer, contra Philadelphia, 31 y 13 rebotes. Anoche, contra Detroit, 22 puntos, 15 rebotes. Números enormes, de estrella, y el mismo resultado: derrota. Eso sí es luchar contra molinos de viento. Sólo le acompaña Miller en esa espantosa travesía del desierto. Lo positivo: quedan sólo 21 partidos, y está haciendo la mejor carrera de su vida, no sólo en números, sino en profesionalidad, tratando de salvar un barco hundido. Y eso cotiza mucho en el mercado de verano.

Caso aparte es lo del amigo Barone. ¿Que quién es Barone?. Eso nos preguntamos muchos cuando sustituyó a Fratello. Es el entrenador de Memphis, aunque parece un vulgar actor secundario de Los Soprano, o algo parecido. Es entrenador porque pasaba por allí, y a West no se le ocurrió ninguna forma mejor de despedirse del equipo. Va a por la peor marca de la liga y de la franquicia, y en su historial figura, si no he googleado mal, alguna universidad de segunda o tercera categoría, y ser relaciones públicas del propio Memphis. Por eso se entiende sus oportunas, inteligentes y ponderadas declaraciones después de los 31/13 de Pau: tiene que jugar con más intensidad en el último cuarto. Joder, qué bárbaro. ¿Y los demás, qué, podrían jugar el resto de los cuartos, para que Gasol no llegara innecesariamente roto al final del partido?.¿O es que es sólo responsabilidad de Pau sacar adelante el equipo?.¿O es el castigo por aspirar a algo mejor?. Tres años seguidos metiendo a una banda mediocre en play offs pagados de esta manera.

Barone, qué petardo.