viernes, 2 de marzo de 2007

Apetito

De repente, el amigo de zETAp, el hombre de paz, el asesino de 25 personas, ha recuperado las ganas de comer. Es lo que siempre pensé: el sexo, como ejercicio que es, estimula el apetito. Ha sido echar un polvete a la novia, y como por ensalmo, disparársele la producción de jugos gástricos, descubrir de nuevo el placer de saborear unas lonchitas de jamón ibérico, extasiarse con una copa de buen Rioja. En fin, esos pequeños y mundanos placeres que hacen grata la vida, salvo para aquellas personas que nunca más podrán hacerlo, porque el inapetente hombre de paz decidió un día que no tenían derecho a vivir.

Toda una demostración de temple y serenidad democrática la que ha dado Rajoy: su apelación a que los españoles le ayuden a reparar esa injusticia es, simplemente, soberbia. Todo lo contrario del esperpento en que se ha convertido RubGALcaba: pero, ¿es que ha tomado por imbécil al pueblo español definitivamente?.¿Este es el respeto que le merecemos?.¿De verdad espera que alguien se crea que ha sido una decisión suya soltar a esta bestia?.¿Es su último servicio al gran felón?.

Esto ya es insostenible. Si actos así no justifican una moción de censura, no sé qué tiene que ocurrir. Probablemente, esperar al juicio de las urnas en las municipales y autonómicas no sea la mejor de las ideas. Hay que romper esta dinámica ya.

Por cierto, que Antena 3 dedicó 15 minutos completos del informativo de la noche a este asunto, sin esconder su posición totalmente en contra de la decisión zapateril. Algo se mueve.