domingo, 18 de septiembre de 2011

Campeones de Europa. Again. Moc, moc!!!

Otra vez campeones de Europa. En todas las categorías, en todos los sexos, en todo lo que se precie, este verano ha sido brutal. Hasta 9 medallas, culminadas por la renovación del oro de la absoluta. Con una sensación de superioridad aplastante. Nada que ver con la timidez con la que afrontamos Polonia, y las dudas que la pésima gestión inicial de Scariolo despertó en más de uno. Este campeonato ha sido distinto. Todos intuíamos que, esta vez, iba a ser hasta fácil, dada la sensación que había calado en todas las selecciones: ganaba España de calle. Así ha sido. A pesar del tropezón con Turquía, que ha impedido un campeonato impecable, y las dudas del partido de Macedonia, ha sido apabullante la percepción de que la selección ha ganado cuándo y cómo ha querido. Que no ha habido rival que haya podido sostener en el tiempo la intensidad suficiente para poner en apuros definitivos a un equipo inigualable. Que la profundidad de alternativas del equipo hacía imprevisible la carga de juego. En la semifinal y la final no ha sido Pau Gasol el elemento definitivo. Navarro, por si quedaba alguna duda, se ha consagrado como el más grande de los pequeños.

Siempre he sido muy crítico con Scariolo. No me gusta, y no me va a empezar a gustar ahora, a pesar de que su palmarés con la Selección lo avala (con ese equipo es mucho más fácil, claro...). Sin embargo, he de reconocer que ha conseguido lo que siempre he creído imposible: que pudieran jugar juntos Pau y Marc. Creo que con Ibaka se ganan combinaciones, y se implanta el terror en la zona (vaya 5 taponazos a los franceses...). Pero encontrarte con dos tíos de más de 7 pies en la zona, que tiran, que pasan, que rebotean, que bloquean, que taponan... es insuperable para cualquier equipo, tanto en defensa como en ataque. Y no, no se han molestado en exceso. Han cabido en la zona, si bien con calzador. Mérito indiscutible de Scariolo. En su debe, el problema del "3" creo que no ha estado bien resuelto. No ha sido el mejor torneo de Rudy. Y la empanada de Ricky empieza ha ser de las que hace época. Claramente superado por la aportación de Sada, me resultaría doloroso que se convirtiera en el gran bluff del basket español. Aún es joven, pero lleva una deriva terrible.

Dos últimas reflexiones: gracias, Felipe, por tu impagable trabajo. Creo que ha sido su último campeonato de alto nivel. La otra, que es una tragedia para el basket español que haya que elegir entre Ibaka y Mirotic.

Nos vemos en Londres, yankees.