Recupero el blog, justo a tiempo para comenzar el relato del nuevo viaje, esta vez a la gran ciudad de mis sueños, a Paris. Siempre he dicho que, si algún día me pierdo, éste es el sitio para encontrarme. Desde este verano añado a esta muletilla la de que si no estoy en Paris, que me busquen en Amsterdam. Pero no, sigue siendo mi preferida, siempre después de Valencia, claro está, la ciudad perfecta. Muy buen viaje. Volamos con Vueling, y la verdad es que da gusto viajar con esta gente. El avión es estupendo, moderno, limpio, más amplio de lo normal. Muy práctico y funcional el Aeropuerto Charles de Gaulle, recogimos la maleta en un momento, y eso que el paseo desde la zona de desembarque hasta las cintas hacía presagiar lo peor. Pero no, rápidos y puntuales. Más curioso fué el tema del taxi, aunque hay que reconocer que lo tienen bien preparado. El chino que conducía era un émulo en oriental de Schumacher, el jodío. Qué carrera nos pegó!. 54 € del ala, pero en la puerta del hotel en poco más de 20 minutos.
El hotel no está nada mal. Un estudio curioso, bien ordenado, completo, limpio. Majo, desde luego. Bien situado, a menos de 5 minutos de la Plaza de la Bastilla. Y con conexión adsl gratuita en la habitación, de la que estoy haciendo el uso oportuno. En la habitación escribiendo que estoy. Una cervecita (5,5 € por un tercio de Heineken... hay que acostumbrarse, esto es Europa), y a dormir, que mañana será un día largo. Hay tanto que ver...
El hotel no está nada mal. Un estudio curioso, bien ordenado, completo, limpio. Majo, desde luego. Bien situado, a menos de 5 minutos de la Plaza de la Bastilla. Y con conexión adsl gratuita en la habitación, de la que estoy haciendo el uso oportuno. En la habitación escribiendo que estoy. Una cervecita (5,5 € por un tercio de Heineken... hay que acostumbrarse, esto es Europa), y a dormir, que mañana será un día largo. Hay tanto que ver...
