miércoles, 9 de junio de 2010

Como hemos cambiado...

Del discurso de investidura de Zapatero, en el año 2004:

"Mi Gobierno asume como criterio que guiará su actuación el principio de estabilidad presupuestaria. Es un compromiso firme porque estamos convencidos de que unas cuentas públicas saneadas son requisito imprescindible para poder mejorar los servicios públicos y, con ellos, la calidad de vida de los ciudadanos. Un compromiso que se completa con otro de igual importancia y expresado con idéntica claridad: el Gobierno no incrementará la presión fiscal global"

Madre mía...

Fracaso en la huelga de funcionarios

Los funcionarios no secundan la primera gran huelga contra el plan de ajuste: "La primera gran huelga convocada por los sindicatos contra el duro plan de ajuste del Gobierno no ha logrado paralizar el funcionamiento de la Administración. La mayoría de los dos millones y medio de funcionarios llamados hoy al paro contra la rebaja salarial del 5% decretada por el Ejecutivo han desoído la convocatoria. El primer pulso de los sindicatos al Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero no ha alterado la rutina de los ciudadanos. En muchos sectores, los servicios mínimos han garantizado una atención similar a un día festivo, cuando no ha pasado desapercibido. Los sindicatos, que han culminado la jornada con una manifestación en el centro de Madrid, han insistido en que la amenaza de huelga general sigue en pie. Mientras, desde el Gobierno se ha subrayado la 'normalidad' de la jornada. El País, 8-6-2010

Parte buena y parte mala. La buena: los trabajadores de este país, y en concreto los trabajadores públicos, están hartos de unos sindicatos que se han dedicado durante dos años a reirles las gracietas al de León, abandonando a su suerte a una legión creciente de parados y descontentos, en pos de un idilio estúpido con el gran farsante. La mala: que una huelga general está abocada al fracaso más absoluto, por lo que Zp se puede convertir en el primer presidente de Gobierno al que no le monten una algarada. Aunque esto último tiene un corolario magnífico: lo que menos necesita España, en estos momentos, es una huelga general. Aunque se lo merezca.