miércoles, 12 de mayo de 2010

El Zapatazo

Tras las presiones: el Gobierno lanza una reforma a la griega: "El presidente del Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, se ha mirado en el espejo de Grecia y ha presentado una batería de reformas al mismo nivel que las aprobadas por el Parlamento del país heleno el pasado jueves, indispensables para la activación del rescate por parte del Fondo Monetario Internacional y la Unión Europea. Incluso, con medidas tan impopulares como la rebaja del sueldo de los funcionarios un 5% y la congelación de las pensiones. Leer". Expansión, 12 de mayo de 2010. No hay que olvidar esta fecha.

Estamos hablando de una batería de medidas a la desesperada, en una actuación impuesta por Sarkozy, Merkel y Obama, que han intervenido al Gobierno de España. Estamos hablando de una auténtica pérdida de la soberanía nacional, y en una dirección de la política económica y social ubicada fuera de España.

Está obligando a la sociedad a asumir unos sacrificios en muchos casos tremendos, cuando ha disparado el gasto público con las hipotecas que ha suscrito para mantenerse en el poder: un injusto sistema de financiación autonómica impuesto por el Tripartito, los compromisos que ha adquirido para comprar los apoyos nacionalistas a los presupuestos generales del Estado...Ha dejado a España en números rojos.

Está sucediendo lo que ya anunció el Partido Popular que iba a pasar: que la falta de medidas en su momento nos llevaría a tener que adoptar sacrificios adicionales que hubieran sido perfectamente evitables si se hubiera reconocido la crisis en su momento, adoptando las reformas estructurales que la economía española necesitaba y que sigue necesitando. Medidas que, todavía, ni siquiera se esbozan aquí. Faltan medidas serias, planificadas y eficientes, no nuevas ocurrencias. Y es que en tres días ha improvisado lo que no ha hecho en dos años.

Corolario:

Los sindicatos, ¿piensan decir algo, o siguen esperando la llegada de un gobierno de derechas?

Zapatero está totalmente amortizado. La propia izquierda de su partido ni siquiera le ha aplaudido. No es el principio del fin, el es fin del principio.

Dos soluciones: o elecciones inmediatas, o moción de censura, con un único punto programático: convocatoria de comicios.

Estoy asustado.