viernes, 29 de diciembre de 2006

Las vacaciones navideñas de zETAp

Cualquier currito, especialmente los funcionarios, sabe que los días de vacaciones son bienes escasos susceptibles de usos alternativos, pero que si cuentas los "moscosos" y algún día de vacaciones suelto, más las fiestas propias, puedes juntar por estas fechas unas minivacaciones de fácilmente unos siete u ocho días, que sientan a gloria. Pues eso ha debido de pensar nuestro bobo solemne. ¿Qué coño unos "moscosos"?. "Zapatosos", que son una nueva modalidad y que quedan mejor. ¿En qué consisten?. En que me tomo las vacaciones que me salen de los huevos, cuando me salen de los huevos, pagadas, eso sí, con dinero público, porque no entra, como cualquier paisano, a un portal de viajes baratitos de internet o se mete en una agencia de viajes. No, qué va, eso es para los pobres, no para los nuevos ricos. No, los "zapatosos" consisten en pegarse esas estupendas vacaciones en Doñana, a todo trapo, con cocineros y escoltas que deben de joderse en estas "entrañables fiestas", para que el señorito y la cantante de opereta bufa estén a sus anchas. Y no un par de días, qué va, desde el 22 de diciembre hasta el 4 de enero. Eso, contado de fecha a fecha, serán 15 hermosos días. Es decir, el doble de lo que puede permitirse un trabajador normal.

Es que con este tío todo está llegando la límite del absurdo. En teoría, el cargo de Presidente de una nación requiere una dedicación exclusiva y "full time", dada las responsabilidades que, en teoría, soportan sus cansadas espaldas. Tal y como está el patio es una irresponsabilidad (acorde, eso sí, con el personaje) mayúscula. Por todo ello, a los distintos calificativos que le hemos otorgado en este tiempo, le tenemos que añadir otro: vago solemne.

Ahora, que bien pensado, lo mejor sería que se tomara vacaciones hasta el 4 de enero, sí, pero del año 2040 o más, si fuera preciso, y en la luna, si fuera posible. Cada minuto que esté alejado del poder es un minuto más de esperanza para poder salvarnos del marasmo. Por supuesto, estaríamos dispuestos a participar en una colecta para esta extensión de las vacaciones hasta la fecha propuesta. Todo, con tal de no volver a ver su careto ni escuchar sus majaderías.