jueves, 8 de marzo de 2007

10M

No es una moción de censura, en los términos constitucionales, pero tiene que convertirse en una censura en toda regla a una política de rendición y claudicación del Estado ante el terror. Ayer nuestro bobo solemne no pudo ser más claro, y más torpe: "Es la primera vez que un partido político reconoce que el Estado ha cedido a un chantaje". Qué bárbaro!!!, y después de la "boutade", no dimitió en ese mismo momento... Si la manifestación es un éxito, y tiene que serlo porque la indignación en todos los ámbitos de la sociedad de palpa de manera tan ostensible que resulta hasta preocupante, el paso siguiente debe de ser la censura parlamentaria, y que utilice Rajoy la oportunidad (y la obligación( de explicar a los ciudadanos qué alternativa de gobierno propone. Quizás en un periodo pre electoral no sea lo más adecuado, pero es que la situación se está corrompiendo de tal manera que exige la adopción de medidas reservadas para situaciones límite, constitucionalmente hablando, claro, como es la moción de censura.

No podré ir a la manifestación, pero, desde luego, la comparto desde el principio hasta el final. Apuesta: se infiltrará algún desalmado vinculado al PSOE e intentará radicalizar los mensajes contra zETAp, para que esa sea la portada del domingo de los medios afines a la verdad oficial. Por tanto, la moderación es, más que nunca, imprescindible.

Puede y debe ser el punto definitivo de inflexión en la reconducción de la cada vez más deteriorada situación política española.

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