jueves, 14 de septiembre de 2006

Entrevista en Cuatro


Y mira que digo siempre que, salvo las series, no tengo que ver nada en los canalillos socialistas, pero el zapping te da estas sorpresas. Anoche, la entrevista de Gabilondo a Rajoy fué de antología del disparate. Y este tío es periodista?. O es un talibán socialista colocado a comentarista?. Fué violento, agresivo, insultante, vejatorio, fascista, no sé cómo seguir describiéndolo sin caer en el insulto. En realidad, consiguió un efecto boomerang, pues no hizo otra cosa que enaltecer la figura de Rajoy, que no perdió la compostura en ningún momento, demostrándole que es un señor, y que sabe de esto un rato, porque, con todo y con ello, le dió un baño importante. En su cara crispada, demudada, se reflejaba un odio visceral y un desprecio insoportable, no sólo al rival político, sino a la persona, que realmente asustaba. Un rictus en la boca de descomposición e intolerancia. Ni una sola pregunta que no tuviera veneno. Empezando por la alusión al presunto mando en el PP de Aznar y Jimenez Losantos. Insistiendo hasta la extenuación en la guerra de Irak y la foto de las Azores. Olvidando que en este momento, hay muchos soldados españoles en guerra técnica, y que desde aeropuertos españoles despegaban los aviones que bombardearon Belgrado, sin resolución de la ONU ni otras gaitas que reivindican para lo que quieren. Olvidando la crisis de los cayucos, los incendios de Galicia, la opa de E.On, el proceso de rendición a ETA, o cualquiera otra de las grietas por donde naufraga el barco de España, por culpa del bobo solemne. Portavoz oficioso de Prisa y de la versión oficial del 11-M es en lo que se ha convertido el tipo este. Aunque también cabría darle la vuelta a su primera pregunta: ¿quién manda en el PSOE, Polanco, zETAp o Otegui?. Me encantaría saber la respuesta.

Rajoy, como dije, inmenso, un señor, bien preparado y con respuestas solventes para todas y cada una de las impertinencias. Lo mejor, la confianza que transmitió en una segura victoria electoral. Le dió un repaso importante, y lo que debería angustiar más a los psociatas, y es que trasladó una convicción en su capacidad y liderazgo mucho mejor y con más impacto que varias horas estériles de debate en el Congreso.

Y, una duda: estaría así de duro y ácido con zETAp, o seguiría siendo el periodista alfombra a que nos tiene acostumbrados con ese personaje y los de su cuerda?.

Ja.


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